Biografía, logros y poesías.
Ana Isabel Illueca:
Ana Isabel Illueca Dutary
(Panamá, 14 de marzo de 1903-provincia de Panamá, 25 de septiembre de 1994) fue una poetisa y educadora panameña.
Estudió en la Escuela Normal de Institutoras recibió su título de maestra de Enseñanza Primaria. Al fundarse la universidad ingresó en ella y en 1944, se graduó de profesora de español y Licenciada en Educación en la Universidad Nacional de Panamá. Dedicada plenamente a la enseñanza, ha sido profesora de la Escuela de Artes y Oficios "Melchor Lasso de la Vega" y del Instituto Nacional de Panamá, donde se le rindió homenaje al ser declarada supernumeraria después de 20 años de labor educativa. Durante muchos meses, en rigor por cerca de tres años, dirigió una página poética en la revista "Acercamiento", prestando con ello un real servicio a las letras.
Su obra literaria, conocida por periódicos y revistas del Continente, ha sido recopilada por la poetisa en una Antología expresiva de su personalidad. Su poesía contiene rebeldía social, impregnada del sabor de las tierras y de los sentires campesinos de Panamá. En el decir poético, sencillo y sin artificios, vibra el dulce cantar entristecido de pesares amargos. Tiene su poesía la humildad orgullosa de los patrios lares.
Logros
Defendió con sus poemas a nuestros montunos, orejanos, con quienes convivió cuando fue maestra en Pesé. Nacionalista implacable fue oradora en la manifestación que se llevó a la Asamblea Nacional para que se derogara el Convenio de Bases en 1947 que hubiese permitido convertir a Panama en una "colcha de retazos". Militó en el Frente Patriótico junto con su primo Jorge Illueca. Rehusó ser candidata a diputada a Don Pancho Arias cuando éste se lo ofreció porque ella no seguiría los lineamientos de un partido si no estaba de acuerdo.
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Poesías
Ana Isabel Illueca |
| Era un pequeño dios terso y lozano. ¿Mi primer hijo?... ¿El último bebé de un aguinaldo?... Era un pequeño dios que vino al mundo para ser de su madre el soberano. |
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Si Yo Fuera Hombre, por
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| Si yo fuera hombre, sería aventurero sediento de mundo, ansioso de amor; me hartaría de mares, de tierra y de cielo y entre mil placeres ahogaría el dolor. |
| Si yo fuera hombre nunca tendría vallas... Nadie me diría:"No puedes pasar"... Saltando los fosos, borrando las rayas seguiría adelante sin jamás cesar. |
| Si yo fuera hombre, la fuerza que traba esta rebeldía que tengo en mi ser, sería cual seda, de sutil y vaga, que mi recia mano podría deshacer. |
| Yo envidio tu cuerpo fuerte y resistente... tu caja toráxica ancha y varonil... tu brazo de atleta...tu mano potente que estrecha la mía, sincera y gentil. |
| Te miro...te miro...Mis ojos se alargan de ansias de ser hombre como lo eres tú... Tener la grandiosa cualidad del agua del mar, que revienta con furia la barra y arrulla la arena con su blanco tul. |
| Si yo fuera hombre, yo me haría tu hermano, partiría contigo sueño y realidad... viviría la vida sin este desgano y esta sed de muerte y de eternidad. |
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Chola, por
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| Chola: He venido a tu rancho; pobre choza de pencas en cuya abierta puerta hace alto el centinela del pilón... -corazón de madera-, que muele con sus manos arroz tostado, espaldas y pulmón. |
| Chola: Hasta el agua que llena la tinaja nos habla de labor... sobre tu hombro cansado vino en jarras de barro del claro surtidor. |
| Yo conozco tu rancho: sobre esteras, en el duro jorón, pretendes a tu cuerpo magullado dar fuerzas y tesón; cuando te esperan el maíz blando que en piedra has de amasar... y la leche cortada que en queso has de tornar... y las ropas del hombre que en río con espuma y manduco has de blanquear. |
| Chola: Bestia de carga eres en el rancho, y aún más bestia te harán en la ciudad... Si eres fea ya tienes esa suerte: te salvó de la caída tu fealdad; pero si eres bonita serás carne de ultraje del hijo del patrón, que, sin piedad, te dará un hijo paria que luego negará (porque negar el hijo de una chola es moneda corriente en la heredad). |
| Chola: Flor de tragedia, la vida te castiga si cumples tu misión... No hay leyes para ti desde que hay clases... no hay normas que te brinden protección... Para ti sólo hay cárceles si yerras... Para ti no existió la compasión, Chola poblana de mis verdes llanos, hija del rancho, hermana del riachuelo..., compañera del chuío y la torcaz; una mujer de la ciudad por ti habla reclamando tenaz tu derecho de ser buena y respetada...; tu derecho de ser buena de los hombres que en la tierra fecunda plantarán la esmeralda sin par de los maizales, el abanico del cañaveral y el huerto perfumado por las frutas del suelo tropical. |
| Chola: Mártir incógnita, heroína callada de la maternidad..., tu vientre es un crisol de labradores, sin padres y sin pan, que rumian, cual tortilla, la miseria, sin quejarse jamás, porque esperan la voz de la Justicia que presto se alzará. |
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Patria, por
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| Patria mía: Tú no eres el recuerdo. Eres la realidad clara y escueta de una tierra horadada en sus entrañas sin permiso a poner sobre esa grieta la gasa tricolor de su bandera. |
| Estás aquí, pletórica de penas, déjame oír tu queja en la saloma desde los montes y las sementeras, donde en tonadas y entre socavones derrama el campesino sus endechas. |
| Estás en las estatuas de los próceres que te hicieron surgir radiante y bella; en el grito de reto de los jóvenes, en la voz de los niños de la escuela; y en el coraje de las panameñas. |
| Estás en la campiña interiorana que espera redención para sus tierras; en la mansión de gente adinerada; en el cuarto mordido de miseria y en la ciudad que se levanta enhiesta. |
| Y aunque eres pequeñita, tú eres grande a pesar de que un istmo representas; porque uniendo las costas de dos mares tu canal es un lazo hecho de piedra que a los pueblos del orbe los acerca. |
| Serás grande a través del patriotismo de los hijos nacidos en tu predio. No tendrás más caínes que te hieran con palabras falaces ni con yerros, ni judas que te vendan por dinero. |
| Serás grande a través del patriotismo de los hijos nacidos en tu predio, porque la juventud tiene tu Istmo incrustado en las fibras de sus nervios y sabrá a toda costa defenderlo. |
| Serás grande porque hemos de empinarte con el valor que siempre da el derecho, más allá de la fuerza y la potencia que quiere socavar ideales viejos. Más allá de la fuerza están los hechos! |
| Patria mía: pequeña cual orquídea que incuba tus ideales en su seno, y grande en los anhelos que se incuban con ardiente fervor entre los pechos de todos los que somos panameños. |
| Patria mía: Tú no eres el recuerdo. Eres la realidad clara y escueta de una tierra horadada en sus entrañas sin permiso a poner sobre su grieta la gasa tricolor de su bandera. |
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Mi Pollera, por
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| No me pidas ni sedas ni gasas para ornar esta noche mi talle... noche de carnaval... ¿Qué panameña reemplaza su pollera por un traje?... |
| Mi pollera!... Tú sabes, yo la hice con delgados olanes, donde el encaje a punto de "mundillo" una abuela tejió con manos hábiles; y luego a los arrullos de la tarde, con la aguja enhebrada en tonos suaves, marcamos en la blusa y en la enagua, las hojas y la flor de los maizales. |
| Tú no sabes la gracia que ella pone cuando ciñe mi talle ni el rubor que se siente en las espaldas al roce del encaje que recogen los hilos de la lana en bombas circulares. |
| Ni has visto mis zapatos: estuchitos de raso que cobijan mis pies chicos y ágiles cual los de las mujeres tropicales. |
| Mi cabeza es la noche: en ella cual estrellas, titilan los tembleques luminosos desde el negro azabache de mis trenzas que sujetan, dobladas en la nuca las doradas peinetas. Y frente a las orejas, como dos rosas blancas, asoman las "mosquetas" que engalanan la cara; mientras al cuello penden el rosario de perlas o el collar de escuditos coronados de épocas añejas... cuando el oro corría como fuente por las colonias plenas de leyendas... |
| Deja que me atavíe con mi hermosa pollera; y que vaya a cantarte una tonada allá en la rueda donde se oyen "pujar" los "tamboritos" y la "caja" parlera que recuerda, en su rítmico sonido, los cholos asoleados de mi tierra; y mientras palmotean y corean mi canto las morenas, yo saldré con el mozo más fornido al centro de la rueda, a bailar la tonada más sentida de mi patria pequeña; y al ritmo de los aires nacionales de la tierruca istmeña, mientras hacen mis pies mil filigranas al son de sus cadencias, se abrirá cual dos alas, mi pollera que desquite con garbo la lluvia de sombreros y monedas. |
| No me pidas que cambie mi vestuario por gasas ni por sedas. Ninguna panameña cambiaría por nada, su pollera. |
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Saloma, por
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| Como un lamento lejano resuena entre los peñascos la voz que se hace sollozo para decir su quebranto. |
| Como el bramido del toro que ve la muerte a su paso; como el llanto de los niños que quedaron en el rancho; y como el venado herido que los perros van husmeando; así rasgó la saloma todos los montes y llanos y se fue hacia los confines como un lamento lejano. |
| Se encrespa entre los machetes que el ejido va limpiando; hace cabriolas y pasa con el viento por los árboles; abanica con sus sones todo el verdor de los pastos; se mece entre los ciruelos y las ramas del guayabo; y cuando baja hasta el río, resuena entre los peñascos. |
| Es estímulo en la junta; en el embarre, alborozo; clarinada de alegría en el tambor bullicioso. En las siembras de los campos es lenguaje entre los mozos. Y cuando el dolor les hinca su colmillo doloroso, se retuerce en su garganta la voz que se hace sollozo. |
| Saloma . . .Saloma tienes Sabor amargo de llanto. . . Alegría pasajera en los momentos gozados; pero hay una honda tristeza en tu sonido quebrado: el dolor que hay en la vida del campesino olvidado que saloma adolorido para decir su quebranto. |
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Flor Simbólica, por
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| A la Flor del Espíritu Santo, flor nacional |
| Eres flor o eres ave que entre la fronda umbría con rayos de la luna y espumas de la mar, construyó tan fantástica y pura alegoría para incubar ensueño en nido sin igual?. . . |
| Eres flor o eres ave?. . . De los frutos te nutres o jugos de la tierra corren por tus canales. . . aromas la espesura o trinas en los árboles. . . te embelleces con pétalos o con plumones suaves. . . |
| Maga flor de mis selvas: entre el verde ramaje, escondida en los bosques sombríos y tropicales, surgiste a la existencia con lumbre de celajes, con blancura de espuma y aroma de follajes. . . |
| Una aureola de luces diáfanas y brillantes como el nácar que esconden nuestros límpidos mares, forman tu alba corola donde anida la grácil paloma del Espíritu Santo, de alas frágiles. |
| Flor simbólica: eres en los sacros altares de mi patria querida, la mensajera amante que trae hasta nuestro suelo mensajes celestiales. . . sólo aquí tú floreces como en justo homenaje a una tierra que sabe cumplir misiones grandes. |
| Entre todas, el Istmo te aclama soberana, capaz de cobijarnos bajo tus níveas alas cual lo hacen las bravías y gigantescas masas que con canción de olas aduermen nuestras playas. |
| Flor del Sagrado Espíritu; orquídea inmaculada: desde los bosques vírgenes que cubren las montañas continúa prodigándonos tus corolas de nácar, en donde se ha alojado esa paloma blanca que incuba los destinos de nuestra patria amada. |
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El Montuno, por
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| ¿Serrano?... ¿Montañés?... ¿Llanero?... Montuno... Hijo del pueblo... masa de labradores... de boyeros... que tiene de esperanza el horizonte y de techumbre el cielo que derrama el maná de sus estrellas como lluvia de amor sobre sus pechos. |
| La chola lo vistió con algodón nativo sembrado por sus manos en el huerto; hiló la fibra blanca con los gruesos cordones de sus dedos, y en el telar de cañas entretejió los hilos amarillos y espesos para hacer el calzón y la camisa de su hombre... el labriego; y luego con la gracia de su alma hecha de aromas y gorjeos, le adornó la pechera y los puños y el cuello con puntadas de cruz, simulando avecillas y ramajes... y aleros. |
| El cuero de la bestia que pateó la sabana y se hartó de potreros, le sirvió para hacerse las cutarras que defienden sus plantas de la brasa candente de su suelo; y la mochila que sesgó en su hombro para guardar la pipa y la merienda, junto con el “brillante” que cubre su cabeza, forman del orejano la agreste vestimenta. |
| ¿Serrano?... ¿Montañés?... ¿Llanero? Montuno. Hijo del campo, del sol y del potrero... El machete es tu arma de combate: Con él limpias el suelo, entierras la semilla, cortas el fruto bueno que alimenta los hijos que dejaste en el rancho dormidos por el río y mecidos de tarde por el viento. |
| Sobre tu piel bronceada el sol tostó con el verano al Tiempo; y te quemó las plantas, y te puso rojizos los cabellos, y tu carne fue brasa de una hoguera que se agota en silencio... No hay un grito de angustia en esos labios secos... Sólo hay una “saloma” que parte en dos los nervios... |
| Tú conoces la lluvia del tropical invierno... |
| Ese gotear constante que se cala en los huesos y adormece la carne lastimada con su golpear intenso... No hay un grito de angustia en esos labios yertos. Sólo hay una “saloma” que parte en dos los nervios... |
| Nadie aún compadece tu fatiga... Para ver tu bregar todos son ciegos... |
| Nadie busca los medios de hacerte suave el peso, y sin embargo tu eres el labriego que manda a las ciudades el pan que han de comerse esos hambrientos que no saben de soles, ni de lluvia, ni de luchas, ni de arrancar del suelo el grano que humedecen los sudores De los hombres del campo a través del espacio y de los tiempos. |
| Montuno... orejano... ¡Pedazo de mi carne y de mis huesos!... Lanza un grito furioso para que te oigan y te vean los ciegos que en la hamaca de juncos se adormecen con tu “saloma” que rasgó mis nervios .
Estudiante: Gabriela Gantes. 9°B
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